Cancer de Mama como mantenerte saludable 2/3

TIPOS DE CANCER
No todos los bultos que aparecen en las mamas son un síntoma de cáncer. De hecho, nueve de cada diez bultos son benignos. Estos bultos no cancerosos pueden ser fibrosis o tumores de tejido conectivo y glandular, o bien, quistes o bolsas llenas de líquido.
Los tumores benignos de mama (fibroadenomas) no constituyen un peligro para la vida y suelen tener fácil tratamiento. Los tumores específicos del seno son:
El carcinoma ductal in situ se localiza en los conductos mamarios o ductos a través de los cuales la leche llega hasta el pezón. Si no se trata puede originar metástasis. Por esto es muy importante detectar a tiempo su presencia, para evitar la progresión hacia el cáncer.
Esta detección sólo puede realizarse a través de pruebas específicas, como una mamografía, puesto que el carcinoma in situ no suele producir ningún síntoma. El carcinoma invasor es el más frecuente de los cánceres de mama y supone aproximadamente el 80 por ciento de todos los que se producen.
El carcinoma lobular, también conocido como neoplasia lobular invasora, sigue el mismo proceso de filtración que el carcinoma ductal invasor hacia el tejido adiposo, pero desde los lobulillos.
Se trata de un cáncer bastante agresivo que crece rápido. Se denomina inflamatorio porque las células cancerosas bloquean los vasos linfáticos y esto se manifiesta en la piel, que adquiere una apariencia gruesa y ahuecada, similar a la de una cáscara de naranja.
Otros tipos poco frecuentes de cáncer de mama son el mucinoso o coloide, en el que las células cancerosas producen cierta mucosidad, y el medular, un tumor infiltrante, pero con mejor pronóstico que otros cánceres invasores.
Se propaga por la piel del pezón y de la aureola. En este tipo de cáncer, la piel del pezón y de la aureola tiene una apariencia escamosa y rojiza, con ocasionales pérdidas de sangre. La enfermedad de Paget puede estar asociada con un carcinoma in situ o infiltrante.
DIAGNOSTICO
El proceso de diagnóstico del cáncer de mama comienza cuando existe la sospecha por la exploración física o una mamografía de rutina. A partir de ese momento el especialista puede realizar una serie de pruebas que confirmen el cáncer:
Mamografías: Imágenes de rayos X que detectan zonas anómalas de la mama. Estas pruebas no son fiables al cien por cien y pueden ofrecer imágenes sospechosas que al final no son malignas o no detectar un tumor maligno.
Ecografía; Permite distinguir lesiones quísticas (rellenas de líquido) de lesiones sólidas. Esta técnica suele completar a la mamografía.
Resonancia magnética nuclear (RMN): Es una exploración radiológica que utiliza la acción de un campo electromagnético para obtener imágenes. La RMN se utiliza como prueba complementaria de las dos anteriores o para analizar el cerebro o la médula espinal.
Si tras realizar estas pruebas la sospecha continúa, el siguiente paso que dará el especialista será la confirmación del cáncer realizando una biopsia.