GUERRA CONTRA EL TIEMPO

Tarde que temprano perdemos la guerra contra el tiempo. Nuestra juventud se nos escapa del cuerpo y la gravedad fuerte descarada se toma todo aquello que cuidadosamente nos hemos esforzado por mantener en su lugar.
Ya no hay cremas ni pomadas que borren las marcas de tantas risas, penas, trasnochadas y enojos de nuestro semblante. Tomamos vitaminas, colágeno, limón, jengibre, vinagre de manzana, miel y omega 3 y cuanta fórmula hechicera la ciencia y se nos atraviese. Comemos menos para llenarnos de hambre. Sudamos cuando hace frío y el sueño nos desvela.
Un día nos damos cuenta que no hay tacón cómodo, que no vemos sin gafas y las raíces de nuestras canas crecen sin piedad. Que nuestra cintura se va emparejando y nuestras rodillas se van redondeando. Un día, nos cansamos de imitar en el espejo a aquella joven que fuimos. Nos miramos de frente, sin luz cálida ni sombras y por fin aceptamos que hemos vivido más vida de la que nos queda.
Y que bello que ha sido. Haberlo vivido y sentido. Haber dado tanto amor, como haberlo recibido. Adquirir la experiencia y aprender de paciencia.
• Qué importa si gano la gravedad.
• Qué perdimos la guerra contra las arrugas.
• Qué nos cansamos de hundir el estómago.
o De sacar el pecho y las pompas.
• Qué importa si la belleza ya sale del alma.
• Si, esa belleza es infinita y llenita de amor y perdón.
• Qué importa que vamos pa’ viejas.
• Que las hay más jóvenes y más bellas.
• Qué importa si tenemos la vida y cada experiencia nos pinta de sabiduría.
• Que honor haber sido y continuar siendo madres, esposas, novias, amantes hermanas, abuelas y amigas.
• Que aún nos queda mucho amor por vivir y llega sin exigir ni pedir.
• Que maravillosa es esta etapa de ser como somos, de amarnos tal cual.
• Que lindo es seguir adelante con todo lo vivido y aprendido.
Como dice el refrán, el tiempo no perdona, pero si haces que tu tiempo sea valioso y si tu pones de tu parte para que vivas feliz, eso no tiene precio. Hay muchas cosas que vale la pena hacer y muchas que hay que evitar al máximo.
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. No guardes tus joyas o ropa favorita para un “dia especial”, cada dia es especial y cada cosa tiene su importancia. No desaproveches nada de lo que pueda hacerte feliz.
Disfruta del aquí y el ahora. Rodéate de tu pareja, tus hijos y tu familia inmediata tantas veces como puedas y disfrutalos. Platicales historias de tu infancia, de cómo conociste a tu esposo, de cómo eran las cosas “antes”, prepárales tus platillos famosos, consiente a tus nietos y eso…..es MUCHO mejor que si les dejas una herencia, propiedades, dinero. Lo valoraran mas y te recordaran con mucho amor cuando ya no estés con ellos.