La Narcolepsia
La narcolepsia
Los adolescentes que padecen narcolepsia suelen estar muy soñolientos durante el día y tienen “ataques” de sueño en los que se quedan dormidos de golpe, pierden el control muscular y ven imágenes vívidas similares a las de los sueños cuando se duermen o se despiertan. Su sueño nocturno se puede ver interrumpido, con despertares frecuentes a lo largo de la noche.
La narcolepsia puede crear muchas interferencias, ya que los adolescentes se pueden quedar dormidos sin previo aviso y esto hace que algunas actividades, como montar en bicicleta o conducir, resulten peligrosas. La vida escolar, laboral o social de un adolescente se puede ver afectada por unos patrones de sueño tan particulares.
La narcolepsia no se suele diagnosticar en la adolescencia y, de hecho, muchos casos de esta afección no se llegan a diagnosticar. La gente suele empezar a presentar síntomas entre los 10 y los 25 años, pero puede no ser diagnosticada adecuadamente hasta 10 o 15 años más tarde. Los médicos suelen tratar la narcolepsia con medicación y cambios en el estilo de vida.
El sonambulismo
Es poco frecuente que los adolescentes sean sonámbulos; la mayoría de los casos de sonambulismo se dan en la infancia. El sonambulismo, que es posible que se dé por familias, tiende a ocurrir más a menudo cuando una persona está enferma, tiene fiebre, no duerme lo suficiente o está estresada.
Puesto que la mayoría de las personas no tienen episodios de sonambulismo con frecuencia, esta afección no suele ser un problema importante. Por lo general, los sonámbulos vuelven a la cama por si solos y casi nunca recuerdan el episodio. (El sonambulismo suele ocurrir durante el sueño más profundo, que tiene lugar durante las fases 3 y 4 del ciclo de sueño).
De todos modos, a veces es necesario ayudar a un sonámbulo a esquivar obstáculos y a volver a su cama. También es cierto que el hecho de despertarlo le pueden provocar un sobresalto (aunque no sea perjudicial); por lo tanto, trate de guiar al sonámbulo de vuelta a su cama con delicadeza.
Cómo puede ayudar a su hijo
Si su hijo en edad adolescente parece estar durmiendo lo suficiente por la noche pero se sigue sintiendo cansado durante el día, es una buena idea que visite al médico. El cansancio excesivo se puede deber a distintos problemas de salud, no solo a dificultades relacionadas con el sueño.
Si sospecha que su hijo podría tener un problema relacionado con el sueño, su médico o pediatra evaluará su estado de salud general y sus hábitos de sueño. Además de hacerle un examen físico, el médico evaluará sus antecedentes médicos preguntándole sobre sus síntomas, su salud en el pasado, la salud de su familia y cualquier medicamento que esté tomando. El médico también puede solicitar análisis para determinar si alguna afección (como la apnea obstructiva del sueño) podría estar interfiriendo en el sueño de su hijo.
Cada problema del sueño se trata de una manera diferente. Algunos trastornos se pueden tratar con medicamentos, mientras que otros se tratan con técnicas especiales, como la luminoterapia (donde el paciente se sienta frente a una caja de luz durante determinado período de tiempo todos los días), o con otras prácticas que pueden ayudar a corregir el reloj interno de la persona.
Los médicos también animan a los adolescentes que padecen problemas relacionados con el sueño a hacer cambios en su estilo de vida (como apagar el móvil, el smartphone o la computadora antes de acostarse, reducir el consumo de cafeína o evitar los videojuegos o las películas violentas por la noche), para favorecer unos buenos hábitos de sueño.