Le duele pero se aguanta

Le duele pero se aguanta.
Le duele pero se aguanta

Le duele pero se aguanta.
PREGUNTA

Sofía: vivimos en Los Angeles, y fuimos a atendernos con dentistas particulares que nos recomendaron. La experiencia fue muy mala. Mi esposa y yo no tenemos seguro, los niños sí. A nuestros hijos les hicieron un tratamiento pésimo, pues inclusive les pusieron pasta donde no la necesitaban, les sacaron dientes que según las radiografías “estorbaban”, a mí me sacaron una muela que me molestaba, pero me insistieron en poner una prótesis con un puente que costaba más de 2 mil dólares. Ante todo esto pensamos que los dentistas andan en búsqueda del dinero y nos causan gran desconfianza. Ahora mi esposa tiene un problema pues se le cayó una amalgama, pero se rehúsa a ir al dentista. Dice que solo en México se atenderá con alguien de confianza, la veo aguantándose los dolores, ¿Qué puedo hacer o decirle?

RESPUESTA
Estimado caballero consternado, por lo que leo entre líneas su mujer está molesta con los dentistas y en su afán “por castigarlos” se está castigando a sí misma y de paso lo castiga a usted. La salud es algo muy importante y el hecho que su problema dental ya escaló de nivel donde no es una simple molestia, si no que ya perdió la amalgama es delicado, ya que esto le puede crear una fuerte infección que le puede resultar peor, al grado de necesitar cirugía, en este caso será más gasto, más dolor (incomodidad) y mayor el tiempo de recuperación. ¿Qué puede hacer? Hablar con ella y explicarle que su actitud infantil (pues en mi opinión está haciendo berrinche) le puede costar muy cara económicamente hablando y con mayor déficit en su salud. Esto sin hablar de la autoestima, ya que el prolongar demasiado situaciones que tienen que ver con el cuidado e higiene bucal podría resultar en mal aliento (asumo). También he escuchado que puede hasta causar problemas del corazón si la infección no se atiende a tiempo. Así qué sáquele cita con un dentista y llévela. Cabe resaltar que hay dentistas malos, pésimos, buenos y excelentes de ambos lados de la frontera. Y tomando en cuenta la distancia y la garantía en conjunto con los materiales a usar, yo me atendería con alguien de aquí de USA, aunque aparentemente salga un poco más caro, a la larga es mejor tener “al enemigo” cerca en caso de que haya que tomar medidas extremas. Al dentista infórmele de su desconfianza para que éste a su vez, se dé por enterado y se esmere en darle una atención de calidad y sin tratar de sobre-venderle ningún servicio. Sin embargo permítame recordarle que usted y su esposa son quienes siempre tienen la última palabra. El dentista da su opinión y recomendación, pero esto no significa que usted tenga que seguir la recomendación al pie de la letra. Lo que yo le aconsejo en un futuro, mientras encuentra un dentista de confianza es, acudir a una consulta gratuita (si aplica) y después buscar una segunda opinión, si ambos coinciden, entonces sabrá que, en efecto algo anda mal, pero si uno le recomienda una cosa y otro otra, entonces es simplemente una recomendación extra con o sin fines de lucro, no sabemos. Una vez que encuentre un dentista de confianza, no lo cambie y sobre todo es importantísimo hacer preguntas, aclare todas las dudas que tenga y pida hechos, no suposiciones, refute cualquier comentario o sugerencia con la cual usted no esté de acuerdo y dé de igual manera, hechos. De esta forma el dentista sabrá que está tratando con un ser humano bien informado y no solo con una chequera o seguro médico. ¡Suerte!

Le duele pero se aguanta.

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