Mi esposo mal padre
Mi esposo mal padre.
Mi esposo mal padre.
PREGUNTA
Sofía le escribo porque mi esposo dejó que mi niño tomara un dulce sin pagar, de una tienda supermercado. La cajera no se dio cuenta pero mi esposo sí. Me molesté con mi esposo pero a él le parece que estoy exagerando. ¿Usted qué opina? Sí, ¿estaré exagerando?
RESPUESTA
No, en absoluto. La educación de los hijos es importantísima y el primer ejemplo que siguen es, sí adivino, el de los padres. Los niños son mucho más inteligentes de lo que les damos crédito y en mi opinión manipuladores por naturaleza o instinto, habría que analizarlo con un especialista. Sin embargo, observe cuando un bebé tiene hambre, llora, cuando no quiere estar en la cuna, llora. De esa manera va aprendiendo que el llorar le proporcionará ciertas ganancias, por lo tanto lo aplicara en todo. De la misma manera, el niño sabe quién de los dos es mayormente manipulable si el padre o la madre. Hable con su esposo, lo que sucedió abre un gran abanico de posibles resultados, los cuales no son anda buenos. El niño aprendió algo con ese acto, inconscientemente, pero se registró en su cerebro, robar. Ahora, no solo es el hecho de robar, si no que debe de estar bien, puesto papá lo autorizó. Si el infante lo tomó sin esconderlo, es porque era la primera vez y no sabe que no se debe de hacer, pero si mamá o papá le llaman la atención y le quitan el dulce o juguete, la próxima vez que intente tomarlo, tratará de esconderlo, porque ya sabe que no está bien. Aquí lo importante es que jamás haya una segunda vez, que llore, sí, que quiere el dulce o juguete sí, pero que dependa de mamá o papá si lo compran y si no, que aprenda a manejar el no, y la falta gratificación instantánea. Lo que hizo su esposo tiene graves consecuencias en el desarrollo y comportamiento de su hijo. Lo que es imperativo hacer es “reprogramar” al niño; me imagino que el dulce ya se lo comió, así que pueden comprar otro exactamente igual y decirle que el ratón de los dientes, el ada, un súper héroe, Dios, etc., dijo que estaba mal lo que había hecho y habría que regresar el dulce. Desde luego toca hablar con la cajera de la tienda y ponerla de acuerdo antes. Llevar al infante y hacerlo que devuelva el dulce. Si cree en el ratón o los ya antes mencionados, también creerá que con magia fue posible sacarle el dulce mientras dormía y devolverlo a su envoltura original. Recuerde el niño registró en su cerebro que se le permite robar, aunque él solo lo llame “tomar, agarrar”. Repito es imperativo “reprogramar” para que sepa que tomar-agarrar algo sin permiso no está bien y no le será permitido. ¡Suerte!
Mi esposo mal padre.
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