NO IGNORES A TUS DEMONIOS USALOS PARA AVANZAR

Todas tenemos dramas, sombras, demonios, terrores, adicciones, obsesiones y toda suerte de cosas que preferiríamos no tener. Idealmente querríamos una vida superlimpia y libre de todo bache que nos permitiera estar tranquilas y, sobre todo, que nos permitiera poder trabajar a gusto, con un cerebro ordenado donde fluyeran los pensamientos y las ideas vinieran montadas en delfines que nadan sobre arcoíris.
Todas pensamos: “Ah, podría sacar adelante este proyecto si no fuera porque… (inserta aquí drama personal)”. O “mi negocio iría muchísimo mejor y yo sería más feliz si no tuviera… (tal tema feo rondando)”. Y como estas frases, hay miles. Cada una tiene las suyas favoritas. Ésas que pese a que intentas hacer mil cosas para que desaparezcan, no se van ni con agua hirviendo. Tratas de darles la vuelta y convertirlas en algo positivo, y no funciona. Tratas de ignorarlas y hacer igualmente lo que quieres hacer, y no funciona..
Leí en alguna parte que Bergman había dicho, al comentar su método de trabajo y su constancia y compromiso con la escritura, que puedes utilizar tus demonios para abrirte paso en la vida hacia las cosas que quieres en vez de dejar que te destruyan. Ésa es una elección. No transformarlos, ni ignorarlos, ni nublarlos (con drogas, sustitutos de cualquier tipo o actividad frenética) sino verlos como son, reconocerlos y usarlos como impulso a la hora de crear, producir o trabajar.
Las personas creativas solemos ser creativas porque necesitamos sacar algo nuestro al exterior. Muchas veces ese “algo” no es nuestra felicidad y nuestra alegría de vivir, sino nuestros miedos y obsesiones. Una se enfrenta aquí a dos caminos: el sano y el torturado.
El torturado consiste en comportarte como una artista de novela y pasarte el día bebiendo en los bares, relacionándote con gente superbohemia, leyendo y conversando de cosas superprofundas y yendo a casa muy tarde por la noche completamente borracha para no tener ningún sueño que te atormente (y si haces esto probablemente no seas una artista muy famosa porque lo más seguro es que no llegues a producir nada, ya que si no estás en contacto contigo misma difícilmente podrás producir nada) o simplemente elegir pasar tu tiempo evitando por completo el proceso de creación o el enfrentarte a aquello que aviva tus demonios.
En cambio, puedes elegir sentarte cada día en tu mesa, a solas, por más que duela o incomode o te haga salir sarpullidos en los codos y tratar de pintar o escribir o trabajar en eso que realmente querrías hacer, de forma que uses esos miedos para que se expresen a través de ti y salgan como tengan que salir, sin exigirles nada, solo abriéndoles paso. Eso genera obra y resultados.
Tus emociones “negativas” son simplemente mensajes, y si los interpretas bien no solo no te hunden sino que te ayudan a flotar.