Violencia de Género SECUELAS
Violencia de Género SECUELAS: Violencia de género: Dependencia emocional y relación de pareja
Provoca un interés notable entre la comunidad científica descubrir las razones que sostienen la permanencia en convivencia de una víctima con la persona que le maltrata o el retorno tras el abandono.
El círculo del maltrato y el retorno con el agresor
En las intervenciones que abordan de manera integral (desde el punto de vista médico, psicológico, jurídico y social) la problemática de las mujeres que padecen maltrato por parte de sus parejas se plantea frecuentemente una dificultad, la derivada de la fase del ciclo de la violencia en el cual se encuentra la mujer en ese preciso momento.
Las estrategias elegidas para el fortalecimiento individual y prevención de recaída de las mujeres víctimas de violencia perpetrada por sus parejas se encuentran con el freno producido por los retornos al círculo del maltrato y el regreso de la mujer con su agresor. Conocer qué elementos encontramos en la base de esas conductas y cómo se gesta la dependencia emocional del agresor puede ayudarnos a avanzar en el camino hacia la superación de esta violencia.
Manifestaciones de la violencia de pareja
La violencia de pareja adopta diferentes manifestaciones. La mayoría de las veces la violencia física solo aparece cuando la mujer se resiste a la violencia psicológica. E, inclusive, la mujer puede no tener conciencia de estar sufriendo abuso. Cuando la violencia física no parece intencionada la mujer no siempre la reconoce como tal, sobretodo en sus inicios (pequeños empujones, agresiones menos graves…)
El estado psíquico causado por la cronicidad de la violencia sufrida puede implicar cambios en su personalidad que las hace, a su vez, más indefensas y vulnerables a sufrir nuevas victimizaciones. En este punto, la posición en la pareja es fundamental: la superioridad de la posición ocupada por el maltratador (que ha ido desproveyéndola de cualquier dosis de poder) provoca una situación de desesperanza en la que no se vislumbra ninguna salida y que afianza la dependencia emocional y física de la víctima respecto de su agresor.
Conclusiones
En la mujer víctima de maltrato, la dependencia emocional previa (como rasgo de su personalidad) será un factor que dificultará grandemente la ruptura definitiva, siendo un indicador de riesgo para la reanudación de la relación de pareja. La aparición de la dependencia emocional vendría provocada por factores de tipo cultural (roles de género), historia personal de la mujer, tipo de apego y asunción de papel receptivo sumiso derivado de una autoestima precaria. La presencia del mito del ideal romántico y el mito de la perdurabilidad supondrán la manifestación de necesidad emocional.
La dependencia emocional, entendida como la necesidad extrema de afecto, derivará en un emparejamiento con vinculación afectiva excesiva, con una prioridad absoluta de la relación. Este deseo producirá un efecto contradictorio en el que la mujer puede llegar a repetir el mismo patrón de conductas con el retorno a la relación de maltrato.
No solo se puede producir el retorno con dicho varón agresor. Además, en el caso del establecimiento de una nueva relación de pareja, pueden volver a repetirse con otro varón sucesivamente los comportamientos violentos y volver a otra relación con agresiones.
En la dependencia emocional la mujer ha interiorizado las palabras de su agresor, se adapta al punto de vista del agresor perpetuando su idealización y la prolongación de la relación.
LA VIOLENCIA DE GÉNERO CONSTITUYE UN PROBLEMA SOCIAL AL CUAL NO DEBEMOS DAR LA ESPALDA.